Crecen los canales que permiten sacar a la luz prácticas ilícitas en el seno de las organizaciones.
Cometer una irregularidad y mantenerlo en secreto es cada vez más difícil. La regulación, tanto la española como la europea, está fomentando que aumenten los soplos que pueden poner en jaque a una compañía. Cuestiones como fraudes a Hacienda, contratos sospechosos con la Administración, acuerdos con empresas competidoras para la fijación de precios o delitos cometidos en la gestión del día a día de la compañía salen a la luz gracias a una simple denuncia.