En los últimos cuatro años, Seat ha tenido que sortear una crisis tras otra: el coronavirus, la falta de semiconductores, la guerra de Ucrania y los aranceles han impactado de lleno en una compañía que, sin embargo, lleva años batiendo récord de resultados. Su consejero delegado, Wayne Griffiths, tiene clara la receta del éxito: Cupra.
El dirigente se sienta con elEconomista.es en su despacho de Casa Seat, en el paseo de Gracia de Barcelona, para desgranar tanto los últimos logros de la empresa –con el reciente lanzamiento del Cupra Terramar-, como el motivo de su dimisión de Anfac y los retrasos que acumula España a la hora de implementar el coche eléctrico. Sobre ellos, avisa: si no se venden vehículos limpios terminará por afectar a las inversiones en el país.