12 de julio de 2017

INDUSTRIA DE AUTOMOCIÓN

Tánger irrumpe en la industria del automóvil.

En los pasillos y las naves de la flamante fábrica de la alianza de Renault Nissan en Tánger unos pósters gigantes saludan a los visitantes con el eslogan "Marruecos nos apasiona". Ciertamente, la pasión del grupo franco-japonés por el país del norte de África se ha traducido en una apuesta con la inauguración de una megafábrica en el 2012 que ha ido aumentando su ritmo de producción hasta alcanzar el millón de unidades acumuladas hasta el pasado lunes.
La factoría sorprende a los visitantes. Se alza en una superficie de 300 hectáreas en medio de las laderas ligeramente onduladas y convertidas en un secarral en una zona ubicada a unos 20 kilómetros de la ciudad portuaria de Tánger. Lejos de la densidad industrial habitual en Europa, la planta de Tánger está rodeada de pequeñas aldeas y casas diseminadas entre pastos en los que forrajean algunas vacas y asnos.
Pero las apariencias pueden engañar. En ese paraje rural se encuentra una de las factorías más productivas del grupo Renault, que ha ido incrementando su volumen de actividad desde 50.000 unidades en el 2012, su primer año de funcionamiento, hasta los 273.000 vehículos en el 2016 y que espera superar la cifra de 300.000 este año en su camino hasta llegar a su capacidad máxima de ensamblaje de 340.000 coches. Y todo ello en una planta que se alimenta de energías renovables y que recicla toda el agua utilizada.

CERCA DE LAS FÁBRIAS ESPAÑOLAS

La fábrica de Renault y Nissan en Tánger ha entrado con fuerza en el mapa de la industria de automoción de la zona europea y mediterránea. Se encuentra a poca distancia de algunas factorías españolas y no solo físicamente, con un trayecto de un día de camión, sino también en volumen de facturación. De hecho, la factoría de Tánger se convirtió en una pesadilla para la plantilla de Nissan en la Zona Franca de Barcelona cuando estuvo a punto de robarle la fabricación de una furgoneta que finalmente se quedó en Barcelona por un retraso en la fase inicial de la planta marroquí.
En sus primeros años de historia, las instalaciones de Tánger, donde trabajan 8.000 empleados, se ha especializado en la fabricación de vehículos de Dacia, la gama 'low cost' de Renault. Desde la inauguración de la fábrica norteafricana, Dacia ha incrementado su cuota de mercado hasta convertirse en líder del mercado con un 29% de cuota. Los Dacia Sandero se encuentran por todas las calles de Tánger por su doble faceta de coche producido en Marruecos y por tener un precio de los más bajos.

COMPETENCIA

Pero la pasión de Renault por Marruecos y Tánger puede ser solo el principio de un intenso idilio. "Nunca es suficiente con las inversiones actuales. Competimos en una región, con España, por las inversiones por lo que hay que ofrecer condiciones interesantes", ha indicado el ministro de Industria marroquí, Moulay Hafid Elalamy, que destaca que la oferta del país norteafricano se basa en un "ecosistema" que incluye infraestructuras, como una carreteras y una línea de tren que une la planta de Renault con el megapuerto de Tánger, y también formación y costes competitivos.
El ecosistema creado para Renault incluye un centro de formación por el que han pasado hasta ahora 18.000 jóvenes que se han colocado en la factoría del grupo francés o en alguno de sus proveedores, incluyendo a algunos fabricantes españoles como Antolín. "Encontrar trabajo en la planta de Renault en Tánger es algo muy buscado porque supone cobrar un 20% más que el salario mínimo (unos 260 euros mensuales) y contar con seguro médico, comida y transporte", subraya Jean-François Gal, director de la planta formado en Francia y en Palencia.
Aunque en Tánger solo se producen por ahora modelos de Dacia, algunos de los cuales se venden en España, el director general de Renault en Marruecos, Marc Nassif, admite que "Nissan puede ayudar a la planta de Tánger con la producción de algún modelo, pero no ahora".

6 de julio de 2017

El nuevo parque de proveedores de Renault en Palencia, a la vuelta de la esquina

La Junta debe recibir después del verano el proyecto para iniciar la licitación de las obras, que acabarán a finales de 2018.

Será una realidad el año que viene, o al menos ese es el objetivo de la Junta de Castilla y León. No hay todavía ninguna declaración oficial por parte de responsables de la administración regional, pero los pasos que se vienen dando desde la Agencia de Innovación, Financiación e Internacionalización Empresarial de Castilla y León (ADE) así lo evidencian claramente. 



Además, los presupuestos de la Junta para este año también son significativos, 5 millones de euros para este proyecto, convirtiéndose de esta forma en una de las partidas más importantes de las consignadas por el Gobierno regional para la provincia de Palencia en sus cuentas de 2017.
Sin embargo, con esos 5 millones de euros no hay suficientes fondos para financiar por completo este proyecto de ampliación del parque de proveedores del sector de la automoción, que se debe desarrollar en Villamuriel de Cerrato, bajo el protector paraguas de la fábrica de automóviles de Renault, principal motor de la economía palentina. Se espera que esta actuación disponga finalmente de un presupuesto global cercano a los 16 millones de euros, con los que se licitará la ejecución de los trabajos, aunque el gasto final será previsiblemente inferior, como ya ocurrió con la primera fase de este parque de proveedores que se completó entre 2014 y 2015 y cuyas obras costaron alrededor de 12 millones de euros.
Pero además de la consignación de 5 millones en los presupuestos de este año, la Junta, a través de ADE, acaba de cerrar la adjudicación de los trabajos de redación de los proyectos básico y de ejecución de la segunda fase del parque de proveedores de Villamuriel con la empresa UTE Aparegra, según se publicó el pasado martes en el Boletín Oficial de Castilla y León (BOCYL).