18 de noviembre de 2014

El sector del motor acelera para dejar atrás la crisis

El país : 17.11.201

La automoción vuelve a rezumar optimismo. Las fábricas españolas han aumentado su producción tras una fuerte devaluación interna por la vía salarial y recibir, como contrapartida, 1.500 millones de euros en inversiones para nuevos modelos. Las ventas en España han repuntado y los concesionarios vuelven a ganar dinero, tras cerrar un lustro desastroso que se ha llevado por delante más de un millar de puntos de venta. Tras tantos años en el purgatorio, los sueños se han convertido en previsiones de futuro: que la producción de vehículos rebasará los tres millones de unidades a partir de 2017 (frente a los 2,16 millones de 2013) y que las ventas en España superarán el millón de turismos en 2016 (723.000 matriculaciones el pasado año).
José Antonio Bueno, consultor especializado en automoción, es muy gráfico para describir un clima de excitación como el que se respira: "Están entusiasmados, han salido de la UCI y creen que un poco más y les dejarán volver a casa". El presidente de Anfac, José Luis López-Schümmer, expuso el pasado miércoles, durante el tradicional encuentro sobre el sector que organiza IESE, su esperanza de que el mercado español pueda absorber más de 1,2 millones de vehículos a partir de 2016. A partir de ese momento, cree, la industria podrá desconectarse de las ayudas directas a la compra del automóvil del plan PIVE.

"El mensaje es que los deberes se han hecho y que se ha vuelto a la senda de la competitividad pero que no hay que bajar la guardia", afirma Francisco Roger, de KPMG, convencido de que hay elementos positivos. Porque el paro va a la baja, porque todo apunta al final de los recortes y porque existe una demanda latente que en dos o tres años podría aflorar. Ante todo, dice, hay que esquivar el pesimismo. Ahora solo piensa en espantar los fantasmas y recuperar la confianza del mercado.
Los principales interesados son los concesionarios. El presidente de la patronal Faconauto, Jaume Roura, denunció el miércoles que han superado la travesía del desierto sin la ayuda de los fabricantes, que les han trasladado más costes mientras caía la carga de trabajo. Para capear la crisis bajaron un 8,5% sus precios en tres años y sus márgenes se desplomaron. Tras pérdidas generalizadas entre 2011 y 2013 este año prevén un margen de beneficio del 1% respecto a la facturación.

En las plantas gestionan la nueva etapa con nuevos bríos. Nissan prevé llegar al máximo de capacidad de Barcelona a partir de 2016 y prepara un convenio con el que ganar nuevo recorrido. Por el camino se han recortado los costes un 41%. Acciones de ese tipo han facilitado la llegada de nuevos modelos a muchas plantas españolas, en torno a un 30% más baratas que las alemanas. La fábrica Figueruelas de Opel, con tres nuevos modelos asignados desde julio, ya no tiene ningún expediente de regulación temporal activo. No sucedía desde hace cuatro años. Pero las marcas avisan al Gobierno: cuidado con no frenar la escalada de las tarifas eléctricas y de los costes logísticos.